Por décadas, los Salesianos han encubierto el abuso y acoso sexual que por años una de sus principales figuras cometió contra un menor de edad, denuncian la víctima y su representación legal. La protección al abusador llegaría hasta un integrante de la cúpula del Vaticano, según los abogados.
El velo de secreto y protección institucional que durante décadas encubrió la violencia sexual clerical en el corazón de los Salesianos comienza a rasgarse con la denuncia penal interpuesta por Pedro Mario Ayala Ceja, sacerdote de esta congregación que por años sufrió abuso y acoso a manos del padre Jaime Reyes “N“., una de las principales figuras de esta orden católica.
El encubrimiento, de acuerdo con el testimonio de Ayala Ceja y sus abogados, llega hasta un integrante de la actual cúpula del Vaticano, Ángel Fernández Artime, quien lideró a los Salesianos entre 2014 y 2024. Él fue nombrado Proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica por el papa Francisco. Posteriormente, su sucesor, Leon XIV, lo designó como legado para las Basílicas Papales de Asís.
El sacerdote Jaime Reyes se promueve a sí mismo como un altruista que eligió la vida religiosa por convicción. Su pasado de abusos muestra otra realidad.
Los Salesianos, oficialmente conocidos como la Pía Sociedad de San Francisco de Sales, son una congregación religiosa católica fundada en 1859 por San Juan Bosco en Turín, Italia. Su misión principal es la educación y evangelización de los jóvenes, con un enfoque especial en aquellos más necesitados.
En México, operan a través de una amplia red de instituciones dedicadas al apoyo de jóvenes en estado de vulnerabilidad. Su labor se organiza en inspectorías: México-Guadalajara (MEG), que cubre el norte del país y México-México (MEM), cuya sede está en la capital, en una calle y frente a un parque que lleva el nombre de la congregación: Colegio Salesiano, colonia Anáhuac.
El cardenal Ángel Fernández Artime es señalado como uno de los protectores de Jaime Reyes por los representantes de Pedro Mario. Él encabezó a la orden durante una década hasta llegar a la cúpula del Vaticano.
Originario de Sahuayo, Michoacán- donde según cifras de la Secretaría de Economía 46.19% de la población vive en pobreza- Pedro Mario Ayala ingresó al aspirando salesiano en Tlaquepaque, Jalisco, en septiembre de 1990, a los 12 años.
Posteriormente, ingresó al Instituto Salesiano de Orientación Vocacional ubicado en Irapuato, Guanajuato. Allí, Jaime Reyes “N”., quien fungía como vicario y ecónomo de la comunidad, se volvió su tutor y guía espiritual. Con esa posición de poder, abusó por años de Pedro Mario.
La violencia sexual comenzó cuando la víctima tenía 15 años. El sacerdote lo citaba en la oficina de Dirección Espiritual a deshoras, a pesar de las reglas de la casa. En estas sesiones, el religioso comenzó a hablarle de masturbación y sexo, cuestiones que para el entonces adolescente eran “vergonzosas e incómodas”.
Poco a poco, los tocamientos se introdujeron bajo el pretexto de masajes, una excusa usada por otros abusadores sexuales, por ejemplo, el líder de La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García.

